sábado, 25 de julio de 2015

Jorge Aceituno: un fotógrafo de sus propias obsesiones

Habla de la fotografía como quien habla de una amiga, una mano, o de sí mismo. Se sienta y comienza a revolver viejas fotos mentales sobre su vida y obra, colmada de pasión, obsesión e incansable protesta. Dispara sus ideas con la velocidad con que dispara su cámara, congelando los momentos claves de su vida. Este es Jorge Acecituno, un hombre gravitante para la fotografía de Chile. 
Por Nicolás Ortuya Méndez
*Fotografías: Jorge Aceituno
Jorge Aceituno


      Componiendo Anhelos

Jorge Aceituno nació con ojos de fotógrafo, hace 58 años. Desde pequeño, los álbumes fotográficos familiares fueron construyendo en él las imágenes de quienes ya no lo acompañaban. En esos cuadros de papel el veía un espacio para la memoria y fue construyendo, de a poco, una imaginación y una visualidad sin límites.

En el Chile de los 60’s no todas las familias tenían una cámara fotográfica, a diferencia de la actualidad, y quienes tenían una la reservaban para eventos importantes. Sin embargo, Aceituno jugó con la cámara toda su niñez, al principio sólo mirando por el  visor y construyendo composiciones de la vida cotidiana; más tarde capturando todo eso que le llamaba la atención, las escenas raras, las posturas fuera de lo común y “las payasadas”,dice.

En 1975, era un adolescente terminando su Enseñanza Media, lleno de sueños y anhelos de fotografía, pero la dictadura chilena le daría, por primera vez, un portazo en la cara. La Escuela de Cine de la Universidad de Chile, donde él pretendía estudiar, había sido cerrada por los militares. En este desfavorable escenario, Aceituno evaluó estudiar artes, algo a lo que siempre se había sentido cercano, pero no, no era realmente lo suyo. Finalmente, y renunciando a su propia esencia, estudió Mecánica, pero nunca fue feliz en eso.

“Al final me fui del país. Nunca tuve problemas políticos, pero ya no soportaba mucho el ambiente de la dictadura. Llegué hasta Canadá y viví ahí un tiempo, pero era demasiado caro estudiar”, comenta.

A sus 26 años volvió a Chile y, consciente de que la oportunidad de estudiar lo que siempre le había apasionado se le estaba escapando de las manos, entró a Fotoforum, una renombrada academia de fotografía, donde se formó profesionalmente.

  • La fotografía de Aceituno: una ventana a su mundo interior
Jorge Aceituno fotografía sus propias obsesiones. Ocupa los lugares, los objetos y a la gente como un lienzo sobre el que dibuja, pinta, escribe, y si es necesario, vomita todo su impulso creativo. No fotografía paisajes ni retrata a personas porque sí, sólo dispara para expresar una historia o un discurso.

Jorge Aceituno
¿Qué es la fotografía de autor para usted?
No me gusta decirle "fotografía de autor". Personalmente, quería hacer algo que tuviera cierto peso, que pudiera transmitir y expresar las cosas que yo sentía. Mi fotografía es un canal para expresarme creativamente, eso siempre fue bien estimulado en mi casa. Entonces la fotografía de autor es aquella en que el fotógrafo vuelca sus inquietudes personales, obsesiones, y hace un trabajo expresivo utilizando la fotografía como herramienta. Son trabajos en profundidad y se construyen en el tiempo.



¿Y cuáles son sus obsesiones?
 Principalmente la gente. Yo partí trabajando con el dramaturgo Ramón Griffero, en “El Trolley”. Él era muy visual y me ayudó a consolidar mi interés por las atmósferas, el cuerpo y los conflictos. Para mí el cuerpo humano siempre ha sido de interés para la expresión, aunque sé que somos mucho más que solo cuerpo. El cuerpo es el territorio de la salud, la enfermedad y las emociones. En la sociedad actual la imagen del cuerpo, por una parte está exacerbada, pero por otro lado se ha descuidado su función, y eso, en el fondo, es un reflejo del tipo de sociedad que construimos.

¿Cuál es el rol del sexo para usted como fotógrafo?
Jorge Aceituno
 El sexo está relacionado con la espiritualidad, es parte de lo que somos. De hecho, sin sexualidad no hay familia. Cuando se ve con la idea del sexo como un pecado, una visión impuesta principalmente por la Iglesia, yo no estoy de acuerdo. Si se enseñara sobre sexualidad a los niños cuando no están infectados de los prejuicios que tenemos los adultos, sería un gran avance. Debería enseñarse que el sexo es algo natural y que va acompañado del amor.

  • Discriminación: un motor creativo
Aceituno ha dedicado una vida entera a capturar esas cosas distintas que nadie más ve, dignificando, por ejemplo, las discapacidades y las enfermedades mentales. Este fotógrafo busca visibilizar todo aquello que la sociedad se encarga, descarnadamente, de ocultar y marginar.

Así fue como llegó a trabajar con ciegos, sordos y con un grupo de discapacitados mentales o “personas con capacidades diferentes” como dice Aceituno con sarcasmo, dibujando unas comillas con sus manos en el aire. “No deberíamos pensar que son diferentes, deberíamos plantearnos sólo como un otro”, afirma. 

Jorge Aceituno

“Con agua de cielo” (1992) fue un trabajo que realizó en conjunto con las personas que asistían al Centro de Capacitación Técnica Aquelarre, donde su hermana, Alejandra Aceituno, coordinaba los talleres que formaban a artistas con más capacidades que discapacidades. Esta muestra es una exploración y revisión por la historia de la pintura y literatura, en la que trabajó con jóvenes artistas que tenían síndrome de Down o discapacidades mentales. Ellos autorrepresentaban las obras más conocidas de los grandes artistas de todos los tiempos, apropiándose de la fotografía de Aceituno.

¿Qué significó para usted trabajar con personas que tenían dificultades físicas o mentales?
Siempre me ha interesado la gente que es discriminada o que tiene menos oportunidades por alguna razón. A través de ellos yo descubrí un mundo nuevo. Exploré una sensibilidad que no me imaginaba porque, generalmente, sus familiares coartan su capacidad de expresarse creativamente. La gente duda que ellos puedan tener una emocionalidad tan potente, pero ellos no tienen todas las trabas que nos deja el sistema educativo, son almas libres. Trabajar con ciegos, por ejemplo, es otro mundo. La vista es un sentido engañoso que le quita importancia a los otros sentidos y a los sentimientos. Para mí fue un aprendizaje muy potente.

Jorge Aceituno
 ¿Se ha sentido discriminado alguna vez?
Todos hemos sido discriminados alguna vez. Cuando yo vivía en Canadá me discriminaban por ser latino. Pero lo que siempre recuerdo es una experiencia que tuve en 1990. El Museo de Bellas Artes realizó una actividad que celebraba el regreso de la democracia y nos invitaron como colectivo artístico a exponer. Nuestro tema era el género negro, entonces había escenas fuertes en términos sexuales y de violencia. Algunas personas se escandalizaron con las imágenes y reclamaron al museo, y el director de la institución, que en ese entonces era Nemesio Antúnez, mandó a esconder nuestra obra. Eso fue una discriminación igual, fuimos censurados.


  •  Navegando en los tiempos tecnológicos
Jorge Aceituno es un fotógrafo formado en el siglo pasado pero que ha sabido navegar en las aguas de la tecnología actual, nutriéndose de todo lo que puede hacer a su fotografía más potente, más expresiva y más iluminadora. Sobre estos puntos reflexiona el retratista, quien ve con buenos ojos toda herramienta que pueda llevar a sus fotos más cerca de la realidad.

Jorge Aceituno

 ¿Cómo se relaciona la fotografía actual con la tecnología?
La tecnología siempre ha estado al servicio de la  fotografía, y todos los avances que hay son gracias a  la tecnología, eso ha permitido que hoy casi no haya límites en cuanto a la fotografía. Pero existe ahora una suerte de "neopictorialismo digital", una tendencia a retocar mucho las fotos hasta que se vean como una pintura, como si eso le diera más valor. Yo no soporto mucho eso, me carga de hecho, así como tampoco soporto el HD, al final la fotografía termina siendo como otra cosa, algo poco real.

¿Qué lugar ocupa la fotografía de autor en nuestra sociedad?
No es tan valorada como yo quisiera. Somos un país con poca cultura visual, no se conoce ni la fotografía patrimonial chilena. Tenemos mala memoria, no valoramos mucho nada porque olvidamos rápido. Ahora hay más acceso a la fotografía gracias al internet, pero más para la gente joven. También hay cierto respeto por las exposiciones, pero falta que la gente entienda lo que está viendo. Hay un grave desconocimiento de lo que se está apreciando.

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