Una panorámica al autorretrato

La técnica del autorretrato fue inaugurada hace casi dos siglos con una fotografía de diez minutos, hoy, con píxeles y selfies es una de las más usadas.

Francesca Woodman: acerca de ser un ángel

Durante una década, Francesca Woodman realizó una obra compuesta por más de 800 fotografías y 10 mil negativos que sigue siendo, en gran parte, un misterio.

Jorge Aceituno: un fotógrafo de sus propias obsesiones

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Exposición fotográfica: "Reconstrucción del Álbum Familiar"

El incendio que en 2014 devastó los cerros Las Cañas, El Litre y La Cruz en Valparaíso, terminó por afectar, en gran parte, a la población más vulnerable de la ciudad.

El efecto Kusama

La exposición de Yayoi Kusama está compuesta por más de 100 obras, entre pinturas, esculturas, vídeos y espectaculares instalaciones.

domingo, 26 de julio de 2015

Una panorámica al autorretrato

La técnica del autorretrato fue inaugurada hace casi dos siglos con una fotografía de diez minutos, hoy, con píxeles y selfies es una de las más usadas. A continuación, una panorámica por la historia del autorretrato y sus exponentes. 
Por Macarena Núñez F.

Fue en 1839 que el fotógrafo estadounidense Robert Corneluis publicó, por vez primera, un autorretrato. Obtuvo esta histórica imagen estando alrededor de diez minutos frente al daguerrotipo. Aparece con los brazos cruzados y la mirada fija hacia un costado, sin saber quizás que un siglo más tarde esta técnica fotográfica sería usada masivamente por fotógrafos profesionales y aficionados. Un año más tarde, Hippolyte Bayard posaría para su “Autorretrato como ahogado”, inaugurando un “género” específico de la fotografía.

   Ilustración 1 Foto Robert Cornelius

El autorretrato es, en sencillas palabras, la proyección del mismo fotógrafo en su captura de imagen. Es un desdoblamiento para presentarse ante el observador y también para representar una versión íntima de la realidad y el mundo. Los fotógrafos regularmente acuden a esta técnica, pues toda fotografía implica un viaje o un testimonio que, necesariamente, amerita develar al que agencia este periplo. El autorretrato fotográfico, en primera instancia, fue un fenómeno moderno. Su objetivo era mimético, pues pretendía traspasar con el mayor realismo posible la fisonomía del fotógrafo y con ello, aportar un correlato realista. Ya en plena contemporaneidad, su función no es solamente especular y narrativa, sino que adquiere un carácter más psicológico y abstracto, al proyectar una imagen trocada del fotógrafo, un autorretrato performático con un discurso más complejo y elaborado.

           Ilustración 2: Le Noyé (El ahogado), Hippolyte Bayard

Los fotógrafos y el autorretrato

Existen muchas formas de abordar el autorretrato. El británico Martin Parr, trabaja esta técnica desde el humor. No centra su atención solamente en su presencia, sino que además monta un espacio a modo de souvenir e ironiza con la idea de la propia imagen en el lugar deseado, en la fanfarronería del turista bajo el amparo de una decoración kitsch. Su posición original sobre el autorretrato lo hace destacar, al ampararse en un análisis sociológico del comportamiento de los grupos humanos en los clichés de la autoimagen.

                                                            Ilustración 3 Fotografía Martin Parr

Otro caso notable es el de Joan Fontcuberta, quien mezcla el autorretrato con el fotomontaje, y aborda el concepto de la manipulación de la realidad a través la imagen. Haciendo un trabajo similar al de Parr, se sitúa en espacios modificados para dar versiones evidentemente falsas.

 Ilustración 4 Sputnik, Joan Fontcuberta

En la vereda contraria, se sitúan otros fotógrafos como David Nebreda, quien concibe el autorretrato como una proyección que tiene características de verosimilitud, de plasticidad y de tiempo casi paralelas a un esquema mental convencional. Nebreda es un artista español de 63 años reconocido por las características de sus autorretratos, donde brillan aspectos como la enfermedad y la autodestrucción. Rodeado de múltiples mitos sobre cómo vive y cómo lleva a cabo su obra, lo único que es posible de afirmar es que Nebreda fue diagnosticado con esquizofrenia irreversible en los primeros años de su estudio en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, lo que, según algunos, explicaría el carácter escatológico y autoflagelante de sus fotografías.

 Ilustración 5 David Nebreda

En el caso de Vivian Maier, niñera y fotógrafa de Chicago, el autorretrato transmite una monotonía y un espacio íntimo, una soledad que proyecta la cara de la fotógrafa que pareciera repetirse en todos los entornos donde se retrata.

                                                      Ilustración 6 Autorretrato, Vivian Maier

Hay otros fotógrafos que se han acercado al autorretrato desde otras disciplinas, como la pintura y las artes visuales. El caso de Man Ray, pintor y fotógrafo, que desde el dadaísmo propone una lectura del autorretrato como una mirada posterior e inmediata desde el exterior hacia el fotógrafo, y no como en la pintura, donde el pintor se mira a sí mismo y se reproduce lentamente en un proceso más embarazoso y autocentrado.

                                                                   Ilustración 7 Man Ray

Nan Goldin es otra fotógrafa que ha trabajado el autorretrato, pero otorgándole una carga política y crítica. Proveniente de la comunidad homosexual de Boston y desde el underground, expuso sus relaciones tormentosas y violentas con sus amantes provenientes de la escena postpunk. La sinceridad de sus capturas otorga un carácter documental y autobiográfico a su obra.

                                                      Ilustración 8 Autorretrato, Nan Goldin 

Finalmente, vale la pena mencionar el trabajo de Lee Friedlander. Su obra situada en el "Street Photography" consiste en varios autorretratos en los espacios urbanos. Emplea la proyección de sombras y siluetas en escaparates, en escenas de calles que relatan el transcurso de su paso y develan la delicada técnica de este fotógrafo.

                                                             Ilustración 9 Lee Friedlander
La selfie y la masificación del autorretrato como souvenir


La "selfie" es un fenómeno reciente y muy masivo. Consiste en un autorretrato o autofoto, donde se nota la postura de los brazos afirmando la cámara y otorga realismo y veracidad, además de comprobar la autoría del mismo autorretratista. Esta práctica está muy relacionada con las redes sociales, ya que su objetivo es su alta sociabilización y la comprobación de una experiencia a manera de souvenir. Autofotos con famosos o en lugares conocidos, son algunas de las más comunes.

                        Ilustración 10 Selfie Tomada en el espacio exterior por el astronauta Aki Hoshide

Sin embargo, aunque todos consideren a la selfie como un tipo de autorretrato, hay voces contrarias a esta postura. Alberto García-Alix, fotógrafo español que ha trabajado de manera prolífica los autorretratos, asegura que la selfie no tiene relación con un verdadero autorretrato sino que consiste en un simple ejercicio con un móvil. Según el controvertido fotógrafo, el autorretrato requiere de mayor preparación y oficio, de preparación de la autoimagen, el ego y el entorno.

                                                      Ilustración 11 Foto Alberto García-Alix

sábado, 25 de julio de 2015

Jorge Aceituno: un fotógrafo de sus propias obsesiones

Habla de la fotografía como quien habla de una amiga, una mano, o de sí mismo. Se sienta y comienza a revolver viejas fotos mentales sobre su vida y obra, colmada de pasión, obsesión e incansable protesta. Dispara sus ideas con la velocidad con que dispara su cámara, congelando los momentos claves de su vida. Este es Jorge Acecituno, un hombre gravitante para la fotografía de Chile. 
Por Nicolás Ortuya Méndez
*Fotografías: Jorge Aceituno
Jorge Aceituno


      Componiendo Anhelos

Jorge Aceituno nació con ojos de fotógrafo, hace 58 años. Desde pequeño, los álbumes fotográficos familiares fueron construyendo en él las imágenes de quienes ya no lo acompañaban. En esos cuadros de papel el veía un espacio para la memoria y fue construyendo, de a poco, una imaginación y una visualidad sin límites.

En el Chile de los 60’s no todas las familias tenían una cámara fotográfica, a diferencia de la actualidad, y quienes tenían una la reservaban para eventos importantes. Sin embargo, Aceituno jugó con la cámara toda su niñez, al principio sólo mirando por el  visor y construyendo composiciones de la vida cotidiana; más tarde capturando todo eso que le llamaba la atención, las escenas raras, las posturas fuera de lo común y “las payasadas”,dice.

En 1975, era un adolescente terminando su Enseñanza Media, lleno de sueños y anhelos de fotografía, pero la dictadura chilena le daría, por primera vez, un portazo en la cara. La Escuela de Cine de la Universidad de Chile, donde él pretendía estudiar, había sido cerrada por los militares. En este desfavorable escenario, Aceituno evaluó estudiar artes, algo a lo que siempre se había sentido cercano, pero no, no era realmente lo suyo. Finalmente, y renunciando a su propia esencia, estudió Mecánica, pero nunca fue feliz en eso.

“Al final me fui del país. Nunca tuve problemas políticos, pero ya no soportaba mucho el ambiente de la dictadura. Llegué hasta Canadá y viví ahí un tiempo, pero era demasiado caro estudiar”, comenta.

A sus 26 años volvió a Chile y, consciente de que la oportunidad de estudiar lo que siempre le había apasionado se le estaba escapando de las manos, entró a Fotoforum, una renombrada academia de fotografía, donde se formó profesionalmente.

  • La fotografía de Aceituno: una ventana a su mundo interior
Jorge Aceituno fotografía sus propias obsesiones. Ocupa los lugares, los objetos y a la gente como un lienzo sobre el que dibuja, pinta, escribe, y si es necesario, vomita todo su impulso creativo. No fotografía paisajes ni retrata a personas porque sí, sólo dispara para expresar una historia o un discurso.

Jorge Aceituno
¿Qué es la fotografía de autor para usted?
No me gusta decirle "fotografía de autor". Personalmente, quería hacer algo que tuviera cierto peso, que pudiera transmitir y expresar las cosas que yo sentía. Mi fotografía es un canal para expresarme creativamente, eso siempre fue bien estimulado en mi casa. Entonces la fotografía de autor es aquella en que el fotógrafo vuelca sus inquietudes personales, obsesiones, y hace un trabajo expresivo utilizando la fotografía como herramienta. Son trabajos en profundidad y se construyen en el tiempo.



¿Y cuáles son sus obsesiones?
 Principalmente la gente. Yo partí trabajando con el dramaturgo Ramón Griffero, en “El Trolley”. Él era muy visual y me ayudó a consolidar mi interés por las atmósferas, el cuerpo y los conflictos. Para mí el cuerpo humano siempre ha sido de interés para la expresión, aunque sé que somos mucho más que solo cuerpo. El cuerpo es el territorio de la salud, la enfermedad y las emociones. En la sociedad actual la imagen del cuerpo, por una parte está exacerbada, pero por otro lado se ha descuidado su función, y eso, en el fondo, es un reflejo del tipo de sociedad que construimos.

¿Cuál es el rol del sexo para usted como fotógrafo?
Jorge Aceituno
 El sexo está relacionado con la espiritualidad, es parte de lo que somos. De hecho, sin sexualidad no hay familia. Cuando se ve con la idea del sexo como un pecado, una visión impuesta principalmente por la Iglesia, yo no estoy de acuerdo. Si se enseñara sobre sexualidad a los niños cuando no están infectados de los prejuicios que tenemos los adultos, sería un gran avance. Debería enseñarse que el sexo es algo natural y que va acompañado del amor.

  • Discriminación: un motor creativo
Aceituno ha dedicado una vida entera a capturar esas cosas distintas que nadie más ve, dignificando, por ejemplo, las discapacidades y las enfermedades mentales. Este fotógrafo busca visibilizar todo aquello que la sociedad se encarga, descarnadamente, de ocultar y marginar.

Así fue como llegó a trabajar con ciegos, sordos y con un grupo de discapacitados mentales o “personas con capacidades diferentes” como dice Aceituno con sarcasmo, dibujando unas comillas con sus manos en el aire. “No deberíamos pensar que son diferentes, deberíamos plantearnos sólo como un otro”, afirma. 

Jorge Aceituno

“Con agua de cielo” (1992) fue un trabajo que realizó en conjunto con las personas que asistían al Centro de Capacitación Técnica Aquelarre, donde su hermana, Alejandra Aceituno, coordinaba los talleres que formaban a artistas con más capacidades que discapacidades. Esta muestra es una exploración y revisión por la historia de la pintura y literatura, en la que trabajó con jóvenes artistas que tenían síndrome de Down o discapacidades mentales. Ellos autorrepresentaban las obras más conocidas de los grandes artistas de todos los tiempos, apropiándose de la fotografía de Aceituno.

¿Qué significó para usted trabajar con personas que tenían dificultades físicas o mentales?
Siempre me ha interesado la gente que es discriminada o que tiene menos oportunidades por alguna razón. A través de ellos yo descubrí un mundo nuevo. Exploré una sensibilidad que no me imaginaba porque, generalmente, sus familiares coartan su capacidad de expresarse creativamente. La gente duda que ellos puedan tener una emocionalidad tan potente, pero ellos no tienen todas las trabas que nos deja el sistema educativo, son almas libres. Trabajar con ciegos, por ejemplo, es otro mundo. La vista es un sentido engañoso que le quita importancia a los otros sentidos y a los sentimientos. Para mí fue un aprendizaje muy potente.

Jorge Aceituno
 ¿Se ha sentido discriminado alguna vez?
Todos hemos sido discriminados alguna vez. Cuando yo vivía en Canadá me discriminaban por ser latino. Pero lo que siempre recuerdo es una experiencia que tuve en 1990. El Museo de Bellas Artes realizó una actividad que celebraba el regreso de la democracia y nos invitaron como colectivo artístico a exponer. Nuestro tema era el género negro, entonces había escenas fuertes en términos sexuales y de violencia. Algunas personas se escandalizaron con las imágenes y reclamaron al museo, y el director de la institución, que en ese entonces era Nemesio Antúnez, mandó a esconder nuestra obra. Eso fue una discriminación igual, fuimos censurados.


  •  Navegando en los tiempos tecnológicos
Jorge Aceituno es un fotógrafo formado en el siglo pasado pero que ha sabido navegar en las aguas de la tecnología actual, nutriéndose de todo lo que puede hacer a su fotografía más potente, más expresiva y más iluminadora. Sobre estos puntos reflexiona el retratista, quien ve con buenos ojos toda herramienta que pueda llevar a sus fotos más cerca de la realidad.

Jorge Aceituno

 ¿Cómo se relaciona la fotografía actual con la tecnología?
La tecnología siempre ha estado al servicio de la  fotografía, y todos los avances que hay son gracias a  la tecnología, eso ha permitido que hoy casi no haya límites en cuanto a la fotografía. Pero existe ahora una suerte de "neopictorialismo digital", una tendencia a retocar mucho las fotos hasta que se vean como una pintura, como si eso le diera más valor. Yo no soporto mucho eso, me carga de hecho, así como tampoco soporto el HD, al final la fotografía termina siendo como otra cosa, algo poco real.

¿Qué lugar ocupa la fotografía de autor en nuestra sociedad?
No es tan valorada como yo quisiera. Somos un país con poca cultura visual, no se conoce ni la fotografía patrimonial chilena. Tenemos mala memoria, no valoramos mucho nada porque olvidamos rápido. Ahora hay más acceso a la fotografía gracias al internet, pero más para la gente joven. También hay cierto respeto por las exposiciones, pero falta que la gente entienda lo que está viendo. Hay un grave desconocimiento de lo que se está apreciando.

miércoles, 1 de julio de 2015

La mujer según la Rolling Stone

La Rolling Stone es una revista estadounidense de música y cultura popular, que cuenta con ediciones también alrededor del mundo. Es una publicación muy importante y conocida por llevar los rostros del momento en su portada, tener excelentes entrevistas y poner temas de cultura popular en el ojo del huracán. Y también es famosa por su sexismo, con pocas mujeres entre sus páginas y retratadas de una forma muy diferente a los hombres.
Por Bárbara Muñoz

Basta darle una mirada a sus portadas para darse cuenta de esto. Los sociólogos Mary Nell Trautner y Erin Hatton analizaron las fotografías de hombres y mujeres en la revista Rolling Stone hasta el año 2009 y descubrieron que, en los 2000's, los hombres se presentaron de una forma sexualizada en un 15% y sobresexualizados en un 2%, mientras que no se sexualizaron en absoluto un 83%. Sin embargo las cifras cambian radicalmente con las mujeres: en los 2000's, un 61% de las mujeres fueron sobresexualizadas y un 22% solamente sexualizadas.  

No pensemos en las más antiguas, que ahí sí que nos impactará el nivel de sexismo que puede tener una revista, pero quedémonos con las más recientes, las que incluso recordamos y siguen vigentes hasta ahora.

2013

La primera mujer que hizo una aparición como protagonista de la revista durante este período de tiempo fue Rihanna. Fue fotografiada para la edición del 14 de febrero del 2013 por el famoso fotógrafo de celebridades Terry Richardson. La cantante, que estaba promocionando su tour mundial que estaba a punto de comenzar, usó lencería en la sesión de fotos y posó de forma sexy y provocativa. La revista tituló la historia como "Loca de amor" y en la edición en español (marzo 2013) como "Sin perdón y sin censura". La historia se acompaña por varias fotografías de la misma sesión, como las que se pueden ver más abajo. La publicación va acorde con la imagen que ha mantenido la cantante, muy sexy.


 Febrero del 2013 tuvo a dos mujeres en portada, y la segunda fue Lena Dunham, una comediante, guionista y actriz, en la edición del 28 de febrero. La encargada de tomar la fotografía de la portada fue Peggy Sirota, quien también tomó las fotos interiores.  En la portada Lena lleva una sudadera que deja ver sus sostenes de encaje negro, acompañados de una mirada fija a la cara y una expresión con la lengua afuera. La historia se tituló "Ansiedad, mal sexo y el mejor show en televisión" en la portada, pero al interior el reportaje llevó como título "Chica arriba". A pesar de que muchos se oponen a su mensaje, Lena Dunham es usualmente considerada un ícono feminista.

La Rolling Stone del 10 de octubre fue probablemente la más polémica del 2013. La historia central, que era de Miley Cyrus, se publicó junto a una sesión fotográfica hecha por Theo Wenner, donde la cantante salía semidesnuda, bañándose en una piscina y en una ducha. Salió justo después del gran cambio de look y actitud de la cantante. La historia se tituló "¡Buena sorpresa señorita Miley!".


Así que en total, de las 24 portadas diferentes que tuvo la Rolling Stone en el 2013, solamente tres fueron protagonizadas por mujeres. Es decir, una mujer fue portada por cada ocho hombres. Estos indicadores no son muy alentadores, y menos aún considerando la forma en que se trató a las mujeres que aparecieron en la historia central, en comparación a los hombres. 

Abajo podemos ver ocho ejemplos de portadas con hombres, que no tienen mucha diferencia con las otras 13. Prácticamente ninguno se encuentra en una actitud sexy, exceptuando a Bruno Mars (9 de mayo), a diferencia de las mujeres que tienen ese rasgo en común en sus fotografías, Todos tienen varias capas más de ropa y toman una posición bastante más imponente y de grandeza, lo que se acompaña con títulos que tienen que ver mayoritariamente con el éxito, como "El chico de oro del pop", "Los secretos de super estrellas de EDM son finalmente revelados", "Super estrella de la tienda de segunda mano", "El triunfo de Michael J. Fox" y "Eminem renace", a diferencia de los títulos de las mujeres, que resaltan más que nada el amor y el sexo.


Además de la portada de Rihanna, la única mujer que fue portada de Rolling Stone España fue Sasha Grey en la edición del "Especial Sexo" de agosto.

2014

Felizmente, la situación del 2014 no fue tan terrible como la del año anterior. La primera mujer no se tardó en aparecer y fue Lorde en la portada del 30 de enero. Su historia allí fue bastante importante y destacable, ya que la cantante en ese momento tenía 16 años y la estaba rompiendo. Fiel a su estilo y fotografiada por Matthias Vries-McGrath, la joven posó en un traje negro y una polera para la portada y para las fotografías del interior en un vestido largo negro y una capa. Muy seria en todo momento, Lorde rompió varios de los estereotipos de belleza femeninos de la Rolling Stone, y su portada se tituló de acuerdo a eso "La chica que rompió las reglas".



La comediante Julia Louis-Dreyfus ganó más de un titular en las noticias por la revista del 24 de abril, en la que posó desnuda para Mark Seliger, con un falso tatuaje de la Constitución de Estados Unidos en su espalda, escrita por un hombre vestido como antiguo congresista. Julia aparece sonriente y coqueta, y su historia fue titulada "La primera dama de la comedia".


La edición del 3 y 17 de julio fue encabezada por la actriz Melissa McCarthy. Las fotografías estuvieron a cargo de Mark Selieger y en ellas se ve a McCarthy en polera y pantalones, posando triunfante en la portada y arriba de una moto con la bandera de Estados Unidos al interior del reportaje. En ambas fotos se la ve llena de fuerza, segura y triunfal. La historia se tituló "Sin miedo, feroz y chistosa".


La cantante Lana Del Rey acompañó el lanzamiento de su tercer álbum con la portada del 31 de julio. La historia se tituló "La diva más triste y mala del rock" y en la portada se ve a Lana, fotografiada por Theo Wenner, posando en la cama junto a un gato, sin ropa visible y mirando directo a la cámara. En la fotografía del interior se le ve en ropa interior y con una camisa abierta.


Katy Perry volvió a aparecer en la portada de la Rolling Stone en 14 de agosto, después de estar dos años sin apariciones. La cantante posó para Peggy Sirota con un dedo sobre la boca, viento en el cabello verde y ropa colorida. La historia se tituló "Conquistando el mundo, un pequeño pecado cada vez", mientras que las dos anteriores fueron "Katy Perry lo sube" (7-21 de junio del 2011) y "Sexo, Dios y Katy Perry" (19 de agosto del 2010), en ambas luce provocativa en un crop top y falda, y en lencería respectivamente.


La artista que más dinero ganó ese año, Taylor Swift, también apareció en portada para promocionar su nuevo álbum, el 25 de septiembre. Fue fotografiada en la playa por Theo Wenner, usando una musculosa y jeans mojados, marcando un cambio en su imagen. 


Por otro lado, Miranda Lambert fue una de las dos portadas de la edición especial de música country del 19 de junio, que juntó a una artista femenina con uno masculino. Posó para Mark Seliger en una musculosa y shorts. Por su parte, Eric Church posó con una chaqueta, lentes oscuros y su guitarra para el mismo fotógrafo. 


En total, fueron siete las mujeres (incluyendo a Miranda en la portada doble), mucho mejor que en el año anterior. De esta forma, por cada 2,5 hombres que aparecieron en portada, una mujer se hizo presente. Una cifra mucho mejor que la del 2013, pero con un tratamiento que no mejora mucho. Las únicas que reciben un tratamiento neutral son Lorde, que era menor de edad, y Katy Perry. Algo interesante ocurre con Melissa McCarthy, que al ser una mujer con sobrepeso siempre se le considera como "la chistosa", posando completamente vestida en una actitud que no se le ve a ninguna otra mujer en todas las portadas revisadas aquí, y también es la única mujer con sobrepeso que aparece. También es destacable la situación de la edición country, donde se ve la diferencia entre el artista hombre y la mujer, donde la atracción de él es su música y la de ella su físico, según se puede inferir a partir de las portadas.


Los hombres, por su parte, en general tienen un tratamiento similar al del 2013, pero encontramos diferencias importantes con dos: Justin Bieber y Neil Patrick Harris. Sin embargo, se pueden interpretar fácilmente las razones. La portada de Bieber del 13 de marzo salió en un período en que el cantante hacía noticia por su mal comportamiento, de hecho la historia se titula "Chico malo, por qué Justin Bieber simplemente no se comportará". Bieber sale sin polera en la foto de la portada, cosa que la revista no hizo con ningún otro músico en el período revisado, sea cual sea la imagen que tenga, a diferencia de lo que pasa con las mujeres. La fotografía de la portada no fue tomada por un fotógrafo de Rolling Stone ni fue tomada para la revista, sino que pertenece a Imagechina/Corbis y fue tomada en un concierto. La historia tampoco corresponde a una entrevista, sino que relata historias y entrega datos sobre el cantante, en las que se expresa su mal comportamiento y sus roces con la justicia. Es un reportaje completamente negativo, y es interesante considerar la elección de fotografías en la única portada negativa que encontramos. 

Por otro lado, Neil Patrick Harris, cuya fotografía de portada fue tomada por Terry Richardson, aparece prácticamente desnudo y en una posición que ningún otro hombre tiene en alguna portada de esta revista, pero sí parecida a las de muchas mujeres. Ahora, es importante leer la frase que abre y resume su reportaje: "Salió del armario hace siete años, pero Neil Patrick Harris necesitó interpretar a una estrella de rock transgénero para ser hombre suficiente para actuar como una mujer"... más claro no puede estar.


En relación a la edición española de la revista, la única portada con una mujer en todo el año fue la de Russian Red en febrero, en donde posa seductora en una polera que tiene un amplio escote al costado, acompañada del título "Y por fin se hizo carne".


2015

Llevamos la mitad del año y la Rolling Stone va por las mismas. La rapera Nicki Minaj abrió el año el 15 de enero, posando para Terry Richardson en una actitud muy sexy y en atuendos bien reveladores. En la portada usa una sudadera con un escote muy pronunciado, en la que se le borraron sus pezones, mientras que en el interior de la revista vienen muchas fotos de ella con distinta ropa, pero siempre en el mismo tono.


Son muy pocas las artistas mujeres que conocen excepciones en esta revista, pero Stevie Nicks fue una excepción en la edición del 29 de enero. Fue fotografiada por Peggy Sirota con un atuendo típico y característico de ella, con una historia titulada "Una diosa del rock mira atrás".


Fiel a su estilo, Madonna se toma la edición del 12 de marzo. Fue fotografiada por Mert Alas y Marcus Piggot con un look a lo Marilyn Monroe. En la portada tiene un primer plano con el simple título "Madonna" y en el interior sale una sexy fotografía de cuerpo completo que ocupa dos planos de la revista.


 La portada del 18 de junio tuvo una crítica bastante negativa. La historia central de la edición es sobre la serie Orange is the new black. La revista destaca que la serie se centre en un grupo de mujeres protagonistas y muy diferentes a lo que se acostumbra ver en televisión. Además, valora que las actrices que participan sean parte, en su mayoría, de grupos tradicionalmente marginados como actrices transgénero, o latinas. A pesar de que se entrevista a la mayoría del reparto, la portada se la llevaron Taylor Schilling y Laura Prepon, las dos actrices más tradicionales de la serie, fotografiadas por Mark Seliger en atuendos que refuerzan la imagen que hemos visto todo el rato en la Rolling Stone.
La portada del 16-31 de junio revolucionó el internet como toda foto que se toma Kim Kardashian. Esta vez el autor fue Terry Richardson y muestra a Kim con un enorme escote vestida como un chica pin up.

Van cinco portadas con mujeres y siete con hombres, nada mal, pero el problema sigue patente, expresado principalmente en el tratamiento que le da la revista a la mujer. Los hombres, como siempre, este año han recibido el mismo tratamiento: harta chaqueta, mirada seria o sonriente, títulos que hacen referencia a su trabajo o a su éxito.

En lo que va del año, ninguna portada de la edición española ha tenido a una mujer.

¿La Rolling Stone es una revista sexista? A partir de esto, podemos decir que sí. O al menos usa el sexismo para atraer lectores hacia las portadas que no parecen sostenerse solamente por la persona que está en ella, sino que necesita de un elemento extra: el sexo. Podemos ver que la mayoría de las portadas de las mujeres y las fotografías que llevan en sus historias son sensuales y provocativas, la mayoría de ellas también están en lencería, desnudas o con poleras que dejan en claro que la retratada no está usando sostenes. Difícil que esto sea por algún motivo que no sea atraer ventas.

A pesar de que en su interior la revista suele enfocarse en el trabajo de las mujeres y sus éxitos (cuando no se enfoca básicamente en sexo y amor), la fotografía no acompaña esto. Y no es que haya algo malo en que una mujer pose sexy y sin ropa en una portada, es que esto es claramente una característica de la Rolling Stone, que pone a sus entrevistados en una posición de grandeza, respeto y éxito, mientras que a las mujeres las desvalora al hacernos inferir que ellas, por ser ellas mismas, no son suficiente para hacer que alguien lea la revista sino que también necesitan mostrar su físico. Es interesante que esto no pasa en absoluto en estrellas de la talla y prestigio de Stevie Nicks, cuya banda Fleetwood Mac es clásica y muy escuchada por hombres. Por otro lado, hombres que tratan de desprestigiarse, como Justin Bieber, o una entrevista que se centra en la homosexualidad, como la de Neil Patrick Harris, tienen un tratamiento fotográfico similar al de las mujeres.

También podemos ver un doble estándar, al mostrar mujeres con poca ropa y claramente sin sostenes, pero borrar digitalmente sus pezones en la mayoría de las ocasiones. Esta es una práctica bien conocida de Rolling Stone y en los ejemplos expuestos podemos encontrarla en la portada de Taylor Swift, Miranda Lambert, Russian Red y Nicki Minaj. ¿Cuál es el mensaje que nos están dando?

Es importante estar consciente de que los medios de comunicación no usan solamente las palabras para implantarnos ideas, sino que lo visual es una herramienta quizás aún más importante. Y sería raro no haber pensado algo así de esta revista antes, considerando el reciente escándalo periodístico que tuvo, al publicar "Una violación en el campus" sin corroborar la historia contada, provocando un daño irreparable a todos los involucrados. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

La sexualizacion fotográfica en los diarios

Tal como versan Los Prisioneros en su canción “Sexo”, “las rotativas de imprenta ya están empezando a editar más mujeres desnudas”, ciertos medios tradicionales, en este caso los diarios, han demostrado una actitud sexista y un aprovechamiento de la imagen de la mujer para aumentar sus ventas o para mejorar el “ entretenimiento” que recibe el público consumidor.
Por Bastián Muñoz
Fotografías: LUN y La Segunda

Quisiéramos enfocarnos en dos medios, Las Últimas Noticias y La Segunda, donde el machismo se ve reflejado en dos ejemplos que veremos a continuación. 

El diario Las Ultimas Noticias (LUN) se ha caracterizado, dentro de los medios tradicionales, por seguir una línea editorial enfocada mayoritariamente en temas de farándula o de situaciones sin mayor importancia dentro de la actualidad nacional. Esta actitud le ha valido una marejada de críticas desde diferentes sectores de la sociedad, siendo catalogado como un diario con poca seriedad, además de sexista.

Esto se ha visto reflejado en algunas de las portadas que han sacado los últimos años, donde se ha dado mayor cabida a situaciones irrelevantes, dejando en un segundo plano situaciones de real interés para el acontecer nacional e internacional.

También, dentro de sus páginas, se hacen constantes artículos con mujeres que son llevadas a la sobresexualización, usualmente modelos, novias de futbolistas o “chicas reality “. 

Centrémonos ahora en cómo LUN ha usado fotografías con una innegable connotación sexista. Últimamente se han dado varios casos que dan cuenta de situación, siendo uno de los más connotados el que hace referencia a la ex dirigente estudiantil, Camila Vallejos. En esa oportunidad, el diario lanzó una portada en que aparecía una fotografía de la ex dirigente estudiantil y un titular que decía “Camila no quiso mover la colita”. Este hecho fue repudiado por distintos sectores de la sociedad, entre los que se cuenta la Fech y el Colegio de Periodistas de Chile.

Es interesante el hecho de que el diario dejo de lado todo el trasfondo político y social del evento estudiantil  en el que estaba presente Camila Vallejo para simplemente centrarse en una frase de carácter sexista y que no tiene ninguna relación con la situación que se está desarrollando noticiosamente. 

Esta una de las críticas que puede hacerse a este diario que está constantemente reduciendo a la mujer a una simple frase, convirtiéndola en un mero objeto sexual dispuesta, además, a ser vendida por todo el país. 

Otra situación interesante ocurrió con el diario La Segunda, hace poco tiempo cuando se realizó la ceremonia de cambio de gabinete. Para esa oportunidad el diario publicó imágenes de los ministros con fotografías de su rostro o cuerpo completo, mientras que para las ministras Javiera Blanco y Ximena Rincón solo usaron fotografías de sus piernas, es decir, se termina destacando un aspecto puntual de la apariencia física de las ministras. El hecho no estuvo exento de críticas, y se ha catalogado como una “estupidez” de parte de los editores del diario vespertino.


martes, 19 de mayo de 2015

El efecto Kusama




Entre el 7 de marzo y el 7 de junio se presenta en el Centro de las Artes 660 la exposición retrospectiva “Yayoi Kusama: Obsesión Infinita”, de la renombrada artista visual japonesa que elije Chile para dar fin a la gira latinoamericana que la llevó a presentarse previamente en Brasil, Argentina y México.


Por Claudia Benavídez Silva y Nicolás Ortuya Méndez
Fotografía: Nicolás Ortuya Méndez

La exposición de Yayoi Kusama está compuesta por más de 100 obras, entre pinturas, esculturas, vídeos y espectaculares instalaciones que reflejan la mirada alucinógena de la artista sobre el mundo. La visita es gratuita, en recorridos que inician cada media hora y tienen una duración de entre 30 y 45 minutos, aunque una vez dentro, un mundo paralelo hace que se pierda totalmente la noción del tiempo.

Esta exhibición, que muestra alrededor de 60 años de trabajo de la artista ícono del pop art y el minimalism, está llena de estímulos que obligan al público a interactuar con las obras. Imposible quedar indiferente ante la locura por la que Kusama pasea al espectador (de principio a fin), esa misma locura con la que vive la artista, repleta de ensoñaciones que ponen en escena su propio mundo íntimo.

La intensa obsesión que siente la artista por utilizar ciertos conceptos y figuras como círculos y patrones, además de la tendencia a representar el cosmos y el infinito, se encuentran en la muestra, en una amalgama de color, reflejos y luces que hace delirar a cualquiera. Así sucede en la famosa instalación “Infinity Mirror Room - Filled with the brilliance of life”, una instancia que propone una anulación de los límites espaciales y de la autopercepción a través de ilusiones especulares y lumínicas.

Otras instalaciones que forman parte de esta exposición, son “I’m here, but nothing” e “Infinity mirror room - Phalli’s field”, dos momentos que representan la mirada alucinógena que tiene la artista, cubriendo todo de lunares de colores.



A pesar de su avanzada edad (86 años), la artista se mantiene completamente vigente. Vive desde 1977 en un hospital psiquiátrico en Tokio, donde se internó de manera voluntaria y desde donde sigue produciendo incansable obra. La artista, que afirma que su imaginación es infinita, utiliza la expresión artística para luchar contra sus demonios y apaciguar las visiones y traumas con los que ha vivido desde pequeña. Según ella misma afirma, “la creatividad es mi gran esperanza de vivir”.

Esta muestra requiere que el público retire una entrada previo a la visita. Son 130 entradas diarias y se comienzan a entregar a las 09.30 A.M. Se recomienda retirarlas desde muy temprano, pues la fama de esta artista ha generado tal expectación que las entradas se acaban durante las primeras horas.

Esta puesta en escena está muy bien lograda, sin embargo, la cantidad de visitantes impide una conexión la obra. El tener que ubicarse en filas hace que se rompa la libertad que toda exposición suele tener, más aún cuando se trata de una exposición que representa estados de ánimo íntimos, que requieren de una contemplación mucho más prolongada, en un espacio que debiese ser tranquilo.

A pesar de esto, no deja de ser impresionantemente efectiva esta “obsesión” que la artista japonesa invita a conocer. De principio a fin es un “delirium tremens”, un sueño, una ilusión que anula, que proyecta al infinito y que intermitentemente nos trae de vuelta a la realidad en medio de colores y espacios vivos, características que logran que, en cualquier momento, nos sintamos perdidos bajo el efecto Kusama. Una muestra no sólo cien por ciento recomendable, sino además, necesaria en todo sentido.

Visita esta exposición hasta el 7 de junio, de lunes a domingo desde las 10.00 a las 16.30 horas, previo retiro del ticket en la boletería del Centro de las Artes, ubicado en Rosario Norte 660, comuna de Las Condes. También se puede optar por la visita guiada, desde las 18.00 a las 19.30 horas, en un recorrido sin filas que tiene un valor de $5000 y $3000 para estudiantes y tercera edad.




lunes, 18 de mayo de 2015

Francesca Woodman: acerca de ser un ángel

Francesca siempre pareció obsesionada con los ángeles, los fantasmas, todo lo etéreo, ya fuera de luz u oscuridad. Ella misma se identificó como un ángel en varias de sus fotografías, y quizás por ello decidió saltar desde la ventana del departamento de sus padres en 1981: pensó que podría volar.

Durante una década, Francesca Woodman realizó una obra compuesta por más de 800 fotografías y 10 mil negativos que siguen siendo, en gran parte, un misterio. 

Por Bárbara Muñoz
Fotografías: Francesca Woodman, propiedad de George y Betty Woodman

Self-portrait at thirteen (1972), Francesca Woodman. Fotografía de Francesca a los 13 años, tomada en su hogar en Boulder, Colorado.

Francesca Woodman nació el 3 de abril de 1958 en Boulder, Colorado, Estados Unidos. En ese mismo pueblo creció muy ligada al campo, a los caballos y al arte. Sus padres son reconocidos artistas: George Woodman, su padre, es un pintor y fotógrafo, y su madre es Betty Woodman, una escultora. De pequeña, Francesca pasó un año viviendo en Antella, una pequeña aldea italiana donde su familia tenía una casa, y durante su juventud pasó allá varios veranos.

Aunque provenía de una familia fuertemente ligada a las artes visuales, Francesca descubrió su pasión por la fotografía al ingresar a estudiar a la escuela secundaria Abbot Academy en 1972, cuando tenía 13 años, y su padre le regaló su primera cámara. Desde ese momento comenzó a desarrollar su distintiva técnica fotográfica y tomó su primer autorretrato publicado, en el que se puede ver a la niña negándole la mirada a la cámara que dirige a través de un cable disparador.

On being an angel #1 (1977), Francesca Woodman. Fotografía tomada en Rhone Island antes de partir a Roma.

Tras terminar la secundaria, Francesca comenzó a asistir a la Escuela de Diseño Rhone Island en 1975, una escuela privada de artes en el estado de Nueva Inglaterra. A mediados de 1977 partió a Roma para participar en un programa especial de honores de su escuela, donde se mantuvo hasta 1978 y se hizo amiga de intelectuales y artistas italianos. A finales de ese año volvió a Nueva Inglaterra para graduarse.

Sin título (1977-1978), Francesca Woodman. Fotografía de la serie Angel, capturada en Roma, Italia.

A principios de 1979 decidió mudarse a la ciudad imperio: Nueva York, con el fin de hacerse una carrera en el mundo de la fotografía. A pesar de que le mandó su portafolio a muchos fotógrafos de moda por bastante tiempo con la esperanza de que apreciaran su trabajo, no obtuvo ninguna respuesta positiva. Este fracaso, además de una relación amorosa fallida, provocaron que Francesca desarrollara una profunda depresión que la llevó a intentar quitarse la vida a finales de 1980. Tras su intento de suicidio, fue forzada a someterse a un tratamiento psiquiátrico y a irse a vivir con sus padres en el Lower East Side de Manhattan. 

Sin título (1979-1980), Francesca Woodman.

Bajo supervisión médica y manteniéndose estable a base de medicación psiquiátrica, Francesca publicó su única obra poco antes de que terminara 1980: Some Disordered Interior Geometries (en español: Algunas geometrías interiores desordenadas), un pequeño libro con algunas de sus fotografías. Sin embargo, su bicicleta fue robada, su postulación a una publicación importante fue rechazada y el 19 de enero de 1981 se lanzó desde una ventana, terminando con su propia vida. Tenía 22 años. 

Sin título (1980), Francesca Woodman. Última fotografía publicada antes de su muerte, tomada en Nueva York.

Dejó sus sentimientos por escrito antes de suicidarse, escribiendo lo siguiente: "Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones, en vez de ir borrando atropelladamente todas esas cosas delicadas...". Nadie reconoció a la joven, cuyo rostro quedó irreconocible en una calle de Nueva York. Su cuerpo pasó un par de días en la morgue hasta que su ropa fue reconocida.

Sin título (1979-1980), Francesca Woodman

A pesar de la corta vida de Francesca, produjo al menos 10 mil negativos, de los cuales salieron alrededor de 800 fotografías. De ellas, 120 han sido publicadas o exhibidas. El resto de su obra se mantiene al cuidado de sus padres, quienes la guardan con recelo y han cedido a publicar y exhibir una parte ínfima de su trabajo. Todo el resto... queda a ser descubierto.

Space (1975-1976), Francesca Woodman. Esta fotografía forma parte de la serie Space, en la que muestra su propio cuerpo en una especie de exhibidor, como una vitrina de un museo.

El estilo fotográfico de Francesca no es fácil de ignorar. Su imaginario está lleno de mujeres desnudas, vulnerables, oscuras, como fantasmas abandonados en un departamento en ruinas. El centro de sus fotografías suele ser este cuerpo femenino, a menudo el propio, difuminado, abstracto y borroso. Muy pocas fotografías de Francesca están hechas en exteriores. Parecen denotar un encierro, una prisión del cuerpo en un espacio decadente y sucio. 

Resulta triste admirar la obra de Woodman y contrastarla con su biografía, conociendo su desenlace. Sus fotografías, que en gran parte son autorretratos, muestran a mujeres que parecen camino a desaparecer: ella desapareciendo. Considerando que el autorretrato es una forma que tiene el artista de representar su propia identidad, se puede llegar a sentir que Francesca pertenecía más a otro mundo que a este, y que su suicidio era un final que venía prediciéndose desde su temprana y constante desaparición.

Sin título (1977-1978), Francesca Woodman. Fotografía perteneciente a la serie Eel, capturada en Roma, Italia. 

Gran parte de la influencia que tiene Woodman en su trabajo más tardío proviene de su estadía en Roma entre 1977 y 1978, donde conoció el trabajo del simbolista Max Klinger, que influyó fuertemente en la serie Eel capturada en Roma. En este trabajo, Woodman se aleja del autorretrato aunque ella misma es la modelo de sus fotografías, representando la feminidad de otras maneras, contrastando el estar en control (tiene la serpiente en una fuente) y el estar indefensa (la serpiente puede liberarse al lado de su cuerpo desnudo).

La mayoría de sus fotografías fueron tomadas por cámaras de formato medio y negativos cuadrados de 5,7 x 5,7 centímetros, casi todas en blanco y negro. La cámara que más usó fue la que le regaló su padre a los 13 años, una Yashica réflex con doble lente, la que combinó con distintos tipos de película para experimentar. Para lograr sus fotografías con espectros fantasmales solía usar exposiciones largas junto a movimiento.

Sin título (1979-1980), Francesca Woodman.

Lamentablemente, Francesca no fue reconocida hasta después de su muerte. En 1986 se expuso su obra por primera vez en el Wellesley College de Massachusetts, a cinco años de su suicidio, y desde ahí que ha ganado un creciente reconocimiento y ha sido objeto de estudio crítico. 

Entre sus exposiciones individuales más significativas está Francesca Woodman en la Fundación Cartier por el Museo de Arte Contemporáneo de París (1998),  Francesca Woodman en el Museo de Arte Moderno, San Francisco (2011-2012) y Francesca Woodman: Photographs en el Museo de Arte Herbert F. Johnson de la Universidad Cornell, Nueva York (2013), entre muchas otras más alrededor del mundo.

Sin título (1979-1980), Francesca Woodman.